Sociedad Española de Psiquiatría y Psicoterapia del Niño y del Adolescente

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Hiperactividad y trastornos de la personalidad II: sobre la personalidad límite

PDF: lasa-hiperactividad-trastornos-personalidad2.pdf | Revista: 34-35 | Año: 2003

EL CONCEPTO DE PERSONALIDAD LÍMITE EN PSIQUIATRÍA INFANTIL

Revisión histórica del concepto

En un artículo anterior (5) describí la historia paralela recorrida en la literatura psiquiátrica por los conceptos de “inestabilidad”, predominante en la psiquiatría francesa, y el de “hiperactividad” procedente de la anglosajona, y hoy en día claramente predominante. En cuanto a la cuestión de si ambas están vinculadas con la organización de la personalidad, las respuestas son también paralelas, correspondiendo a estas dos tradiciones psiquiátricas que rara vez han hecho intentos de convergencia entre los dos “paradigmas” que las orientan.(6)

La psiquiatría francesa hace una aproximación más “psicopatológica” que entiende al niño en tanto que ser psicosocial y que hace referencia a un ideal de adaptación en las interacciones niño-entorno familiar. Los instrumentos de comprensión y de intervención preferidos y predominantes son los “psicoterapéuticos” (con el niño y con la familia). La metodologia de investigación “psicodinámica” trata de relacionar las manifestaciones “objetivas” observadas (síntomas) con un conflicto “subjetivo” de la personalidad, y da prioridad a la escucha de la “realidad psíquica” narrada por el sujeto.

La anglosajona opta por una aproximación más “neuropediátrica”, interesada por la organización fisiopatológica, y hace referencia a un ideal de maduración del organismo libre de déficits neurofisiológicos. Los modelos de comprensión y las opciones terapéuticas prevalentes son las “médicas” (farmacológicas y “psicoeducativas”). Los métodos de investigación “psicofisiológica” buscan demostrar, “con evidencia científica”, la existencia o no de una causa objetiva utlizando el método estadístico y la comparación entre cohortes de “casos puros” y de “no casos control”.

En esta revisión me interesa, desde la perspectiva de este trabajo, seguir un doble hilo conductor:

  • el parentesco y la diferenciación psicopatológica entre el funcionamiento límite y el psicótico.
  • las relaciones entre inestabilidad motriz-hiperactividad y organización de la personalidad.

En la psiquiatría francesa, la noción de “prepsicosis o de estados prepsicóticos” (S. LEBOVICI y R. DIATKINE, 1963; R. DIATKINE, 1969) apareció en la psiquiatría infantil de orientación psicoanalítica para designar y delimitar clínicamente la personalidad de niños que presentaban cierta vulnerabilidad psíquica que los hacía susceptibles de descompensarse hacia una vertiente psicótica, y en particular a partir de la pubertad, esquizofrénica. Estos autores fueron pioneros en la descripción de funcionamientos próximos a la psicosis infantil, caracterizados por una deficiente organización o una desorganización del funcionamiento defensivo de tipo neurótico, que facilita la aparición ulterior de una disociación psicótica. Las tres formas clínicas predominantes se caracterizan por la excitación y la hiperactividad; por la inhibición; y por lo que DIATKINE denominó personalidad “niaise” (en castellano equivalente a “bobo” o “lelo”), descripción que él mismo reconocía como equiparable a los que otros autores describieron bajo la denominación de “falso self” (Winnicott). Seguramente la connotación pronóstica, incierta pero probable, del término “prepsicosis”, aunque ha contribuido a una mejor comprensión de la complejidad psicopatológica y de los variados avatares evolutivos de la posicosis infantil, sin embargo ha ido perdiendo vigencia a favor de una conceptualización más “estructural” de la psicopatología límite.

Así lo hace, desde una perspectiva también psicoanalítica pero diferente, WIDLOCHER (1973), al describir el “núcleo prepsicótico”, para agrupar niños que presentaban un núcleo perturbado en la organización de su personalidad y que se caracterizaban por una serie de rasgos clínicos típicos. Su estructura psicopatológica se caracteriza por:

  • una actividad fantasiosa sin elaboración secundaria, (en otros términos, los de Freud, por la prevalencia del proceso primario), que condiciona serios trastornos en sus capacidades de simbolización y por tanto del aprendizaje.
  • angustias de incoherencia del self, sentimientos de falta o amenaza en su integración, ligados con la puesta en funcionamiento de mecanismos de defensa arcaicos (concepto de gran semejanza clínica con el “Trastorno de Identidad difusa” descrito por Kernberg (7)).
  • una organización caótica del desarrollo pulsional con intensidad excesiva de pulsiones agresivas.

En su concepción englobadora y bajo el término de “Parapsicosis o Estados parapsicóticos”, J.L. LANG (1978) agrupa diferentes “estados límite y atípicos” a su juicio “todos ellos vinculados psicopatológica y estructuralmente con un funcionamiento de naturaleza psicótica” que delimita muy claramente en cuanto a sus características clínicas esenciales:

  • Naturaleza de la angustia (de aniquilamiento, destrucción, fusión o desmembramiento) “borrada” a través de su exteriorización en actos, inaccesible en casos de inhibición masiva, camuflada por mecanismos relativamente eficaces como las defensas maníacas o la angustia de separación.
  • Ruptura de contacto o frágil equilibrio del criterio de realidad.
  • Infiltración constante de los procesos secundarios por los procesos primarios.
  • Expresión directa de las pulsiones sea en actos o a través de la producción de fantasías que entrañan mecanismos defensivos muy masivos, rígidos y frágiles.
  • Mecanismos regresivos propios de niveles de organizaciones libidinales arcaicas (repliegue narcisista, identificación proyectiva, defensas maníacas, escisión, idealización mágica…).
  • Simbolización inaccesible, huida en un simbolismo mágico e irreal.
  • Predominio de relación objetal muy primitiva (narcisista, fusional, o dual, sin triangulación), posiciones autoeróticas o anaclíticas.

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