Sociedad Española de Psiquiatría y Psicoterapia del Niño y del Adolescente

Teléfono: 640 831 951sepypna@sepypna.com
Domicilio social: C/ Sta. Isabel, 51 - 28012 Madrid
Aula formación: C/ Montesa, 35 - 28006 Madrid

Propuesta de intervención de reparación personal en un caso de agresión sexual

PDF: estalayo-propuesta-intervencion-agresion-sexual.pdf | Revista: 43-44 | Año: 2007

Perfil psíquico: Diagnóstico Estructural

  1. Impresión general. Adolescente de 17 años de edad, que se ve aseado y arreglado y viste ropa deportiva moderna (vaqueros, playeras, sudaderas originales, etc.). Su actitud inicial es reservada, apreciándose cierto retraimiento y destacando su aspecto triste. En lo referente a su comunicación se aprecia cierto grado de tensión y, en ocasiones, mezcla hechos del presente y del pasado en su discurso, también tiende a no finalizar aquellas conversaciones que parecen disgustarle de algún modo. A nivel no verbal sus gestos y posturas suelen responder al estado anímico en el que se encuentra.

    Relación con el educador: Da la sensación de colocarse en el rol de víctima y precisar del apoyo continuado de la figura del educador para la mejora de su situación.

  2. Relación de objeto. Se muestra dependiente y demandante de las figuras educativas significativas, buscando su aprobación y esforzándose en satisfacerles. Se aprecia una escasa flexibilidad en el tipo de relación que establece así como un elevado nivel de exigencia hacia los mismos. Para su correcto funcionamiento cotidiano demanda la presencia de un yo auxiliar continuo. Se muestra vulnerable, llegando a sentirse rechazado con facilidad en la relación educativa. Hay como una desorganización cuando no se atiende su demanda. Apreciándose, a su vez, cierta ambivalencia en las relaciones de objeto que establece llegando a pasar de la idealización al desprecio. Presenta una dificultad en establecer un equilibrio entre cercanía y distancia.
  3. Relación con la realidad. Fallas esporádicas, distorsiones de su percepción de los otros bajo situaciones intensas. En ocasiones presenta alguna sensación subjetiva de sensaciones negativas e incómodas (no sabe por qué está mal).
  4. Funciones autónomas del yo. A nivel del pensamiento, en ocasiones está “en su mundo”, inmiscuido en sus pensamientos. En las situaciones en las que ha fallado su mecanismo de represión han emergido pensamientos que no puede controlar y le han desbordado.
  5. Afectos. Presenta ansiedades depresivas intensas, y se le ve triste, deprimido, apático y con un gran sentimiento de culpabilidad. Ante la frustración tiene explosiones frecuentes de depresión, ansiedad o rabia. Se muestra “negador”, niega sus dificultades y errores propios.
  6. Mecanismos de defensa. Presenta un predominio enorme y salvaje del mecanismo de represión, exclusión de la conciencia de aquellos contenidos psíquicos que le resultan intolerables, llegando a generar un falso self. Hay una tentativa de organizar defensas de tipo neurótico, pero en ocasiones aparece el uso de defensas más primitivas, tales como:
    • La vuelta contra sí mismo, volviendo la agresividad contra sí mismo antes de atacar a un objeto importante. Ha protagonizado durante su estancia episodios autolesivos, que han llegado a requerir de la implementación de medidas de contención.
    • La escisión, plasmada en la división radical que realiza entre “objetos buenos” y los “objetos malos”.
    • La idealización primitiva / devaluación.
    • La negación, esto es, no acepta una percepción de la realidad exterior por ser intolerable.
  7. Fantasías y derivados de las pulsiones. El menor siente la pulsión como violencia y no como deseo (indiferenciación pulsional).
    Se aprecia cierta vulnerabilidad narcisista, parece vivir por lo que supone que son los deseos de los demás más que por los propios.

    La agresividad del menor tiene una finalidad de autoprotección (agresividad reaccional, defensiva), le sirve para mantener su integridad física y/o psíquica contra (lo que él considera) amenazas, ya sean de carácter externo o que emanan de su propio interior. El menor parece detestar una parte de él, que encuentra mala, tiene miedo de una parte de él que encuentra peligrosa o no tolera un sector de su ser que moralmente (o incluso físicamente) sufre demasiado. Puede actuar verbalmente, a través de desvalorizaciones hacia sí mismo, y/o físicamente, a través de autocastigos o autolesiones.

  8. Estado del Super-Yo. Se observa un super-yo sádico y severo en el menor, prohibiciones del super-yo y tendencias masoquistas.

    Posee un yo tan frágil que exige la presencia de un yo auxiliar continuo. El menor ha utilizado, en ocasiones, el consumo de sustancias tóxicas para justificarse y dar cabida a instancias del ello (deseos expresados con violencia…) que el super-yo no tolera. “Como estoy colocado…”. Son accesos del ello brutales ante el nivel de represión que tiene.

  9. Self, representación de sí mismo. Difusión de la identidad, falso self. Concepto pobremente integrado de sí mismo y los otros (escasa capacidad para una evaluación realista de sí mismo y de la relación con los demás a lo largo del tiempo). Hay una falla en la integración de las representaciones (buenas y malas) de sí mismo y de los objetos.

Impresión diagnóstica: Estructura límite de la personalidad (TLP). Atendiendo a las 4 formas del síndrome borderline propuestas por Grinker, Werble y Drye, se incluiría en la forma que denominan Grupo II o Central (compromiso inestable con el otro, expresiones de rabia abierta y paso al acto, ausencia de indicadores de autoidentidad consistente y depresión).

Páginas: 1 2 3 4 5 6

Subir