Sociedad Española de Psiquiatría y Psicoterapia del Niño y del Adolescente

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2012-10-06. Ibiza V Jornadas Pitiusas ADISAMEF

V Jornadas Pitiusas: Experiencia, memoria y aprendizaje

En el salón de actos del hotel Los Molinos de Eivissa

C/ Ramón Muntaner 60, teléfono 971 302 250

Ibiza, sábado 6 de octubre de 2012

Organziadas por ADISAMEF

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INTRODUCCIÓN AL TEMA DE LA JORNADA

El aprendizaje humano forma parte de su proceso de desarrollo. Se fundamenta en la vinculación y en la comunicación empática con el otro y con los demás, estando dicho aprendizaje en la base de su desarrollo como persona. Además, está caracterizado por la búsqueda innata del sentido de lo que aprendemos. Visto el proceso de aprendizaje humano de esta manera y evitando separarlo artificialmente del efectuado en la familia, en la escuela, así como en los grupos e instituciones de formación, nos podemos preguntar si el “saber académico” o la mera “instrucción” basados en la  transmisión acumulativa de información y de conocimiento, sin valores y sin contenido emocional que lo sustente, sin tener en cuenta los procesos de vinculación y de identificación a través de los cuales se efectúa dicha transmisión de contenidos, es el método más adecuado para enseñar o para facilitar el aprendizaje, no solamente de nuestros hijos-alumnos, sino también, de los adultos, y de nosotros mismos.

La teoría del apego nos puede ayudar a comprender cómo se puede facilitar el aprendizaje humano y cómo corregir muchos de nuestros errores. Las investigaciones desarrolladas en este campo han influenciado numerosos estudios longitudinales  realizados en diferentes culturas (siguiendo la evolución del niño hasta la edad adulta) que han mostrado una capacidad predictiva del apego seguro para la adaptación social y para la ausencia de trastornos del comportamiento. Ha permitido la puesta en  evidencia de un cuerpo de conocimientos que se ocupa de la identificación de las diversas manifestaciones patológicas que son específicas de situaciones de estrés en presencia de la figura de apego y en la cual aparece la  estrategia de búsqueda de consuelo y ayuda tanto en el caso del niño como del adulto.

La figura de apego seguro, más que designar la necesidad de un vínculo con el cuidador, representa para el bebé la seguridad básica esencial para poder explorar y por tanto para aprender. La ausencia de la vinculación de apego seguro puede inhibir el deseo y la capacidad exploratoria del niño, (genérico en este texto) y por consiguiente, la de aprender. Para que el vínculo de apego sea percibido como seguro, es necesario que la disponibilidad y sensibilidad del cuidador permita el desarrollo en el niño de un estado emocional basado en la sensación de seguridad. Este sentimiento de seguridad es un elemento necesario para el adecuado desarrollo de las capacidades cognitivas y sociales que se basan en la exploración, permitiendo al niño su evolución hacia un mayor grado de autonomía.

El vínculo de apego seguro en el niño y en el adulto, -cuya base se construye mediante la crianza y educación del bebé y del niño pequeño a través del conjunto de cuidados físicos y emocionales, estables y continuados, proporcionados por una persona de referencia sensible y empática, que facilita la búsqueda de contacto en situación de estrés- se asocia a una buena relación social, a una afectividad abierta y positiva, a una buena capacidad de interpretar las intenciones del otro, y también, a una gran capacidad de reflexión sobre si mismo y sobre sus propios sentimientos. Proporciona además, una buena capacidad de resistencia ante la adversidad y de recuperación frente a las crisis y los acontecimientos traumáticos que la vida nos depara.

Si el aprendizaje complejo se desarrolla a través de la curiosidad y el reto que éste supone para quien aprende y para quien enseña, si sabemos que dicho proceso de aprendizaje se puede bloquear ante una situación percibida como hostil y amenazante; ¿cómo podemos aprender de algo o de alguien con quien no tenemos ese vínculo de apego seguro del que hablamos? ¿Cómo es posible aprender de algo o alguien que nos provoca miedo, inseguridad y rechazo? ¿Cómo aprender si cuando en situación de estrés, necesitados de ayuda y consuelo, en lugar de encontrarlo, somos castigados, ignorados y rechazados?

Los avances efectuados en psicología y neurobiología del desarrollo, así como en neurociencias, nos permiten plantearnos hoy día el aprendizaje humano como un proceso emocional interactivo, basado en la experiencia compartida que deja una huella psíquica y neuronal en nuestra memoria, tal y como nos muestra la plasticidad cerebral. El concepto de plasticidad cerebral refleja su capacidad de cambio, fruto de las influencias que el medio ambiente ejerce sobre el cerebro, su constitución y transformación. No solo son cambios celulares del órgano, sino de producción, modificación o recuperación de la conducta o la cognición perdida.

No solamente es modelable el desarrollo cerebral a través de la influencia ambiental sino que además, se ha descubierto que la producción y regeneración de las células del sistema nervioso central no es patrimonio exclusivo de la infancia y adolescencia como se creía antes; ocurre en el adulto, y puede persistir en la vejez. Lo que se ha visto que ocurre con el cerebro humano es el fenómeno llamado “poda neuronal” Es decir, las redes neuronales que no se utilizan durante mucho tiempo pierden su función y mueren. La desaparición de redes neuronales no utilizadas se hace en beneficio de otras redes neuronales que se desarrollan más al ser más utilizadas. Vemos que la estimulación del entorno, según sea la adecuada o no, puede facilitar o impedir no solamente el desarrollo psíquico de una función determinada en el niño y en el adulto, sino también, el desarrollo de las redes neuronales encargadas de esa función.

El cerebro posee una extraordinaria plasticidad neuronal en cuanto a su conectividad y función en todos los niveles de organización.  El ser humano desarrolla intensivamente las funciones cerebrales durante los tres primeros años de vida desde la fase embrionaria, desarrollo que persiste intensa y significativamente hasta los 6 años, y a un ritmo menor, durante toda la vida, tal como lo evidencia la plasticidad cerebral.

Las investigaciones de Erick Kandel, psiquiatra y neurofisiólogo, -que obtuvo el Premio Nobel de Medicina en el año 2000 estudiando los circuitos de la memoria- han logrado demostrar que las experiencias y el aprendizaje que se deriva de ellas, son los elementos que modelan la estructura del cerebro y su funcionamiento; que la memoria constituye la espina dorsal  de nuestra vida mental y que los recuerdos condicionan nuestra existencia.

Más recientemente, las investigaciones llevadas a cabo por François Ansermet, Psiquiatra y Psicoanalista, en colaboración con Pierre Magistretti, Neurofisiólogo, expuestas en su libro, “A cada cual su cerebro” ponen de relieve una vez más la estrecha interacción entre lo genético-constitucional-neuronal y lo ambiental a través de la experiencia del sujeto en la interacción con su entorno, experiencia capaz de modular y cambiar no solamente la huella psíquica con anclaje somático de la experiencia vivida, sino también, la huella neuronal y por tanto, el desarrollo cerebral del sujeto que la vive.

La experiencia emocionalmente vivida y compartida, que deja su huella en lo psíquico-neuronal del sujeto en interacción con los otros, está en la base del aprendizaje y desarrollo humanos. Experiencias positivas para su desarrollo que facilitan  la comunicación ínter-neuronal, el desarrollo de su sistema nervioso, así como de su psiquismo y de su capacidad para comunicarse y relacionarse con su entorno y consigo-mismo, y también, experiencias negativas o anti-evolutivas que impiden dicho proceso comunicacional y relacional, y por tanto, su adecuado y normal desarrollo bio-psico-social.

Como vemos, los avances de la neurociencia del desarrollo han puesto de relieve la importancia de la integración de las relaciones interpersonales y el desarrollo del cerebro-mente, así como su importancia para la constitución de la memoria y el proceso de aprendizaje. Lo neurobiológico, lo psíquico-emocional y lo ambiental, no pueden separarse artificialmente. El desarrollo psíquico y cerebral del ser humano está estrechamente unido, en interacción e interdependencia mutua con el ambiente.

El reciente descubrimiento del sistema neuronal llamado “neuronas espejo” o “neuronas de la empatía” muestra de nuevo la estrecha e inseparable interacción  entre lo neurobiológico, lo psíquico, y lo ambiental. La investigación en neurociencias ha puesto en evidencia que la capacidad de relacionarse y comunicarse con empatía con el otro, con los demás, tiene su correlato anatómico-fisiológico en redes neuronales llamadas “neuronas espejo” en alusión a la relación especular que se establece con el otro a través de la empatía, que sería la capacidad de ponerse en el lugar del otro en lo emocional y en lo cognitivo (unión con el otro) sin confundirse con él (separación y diferenciación del otro). Es como si el sujeto observador, pudiese vivir de forma “virtual” la experiencia del otro en la interacción que mantiene con él. Gracias a esta capacidad, a la vez neurológica, (neuronas espejo), y psicológica, (empatía emocional y cognitiva), el ser humano, desde etapas muy precoces de su desarrollo psíquico, puede compartir la experiencia emocional y cognitiva con el otro así como predecir y anticipar sus intenciones y respuestas, facilitando de esta forma, el ajuste y adaptación recíprocos en la interacción entre ambos y con los demás. Este descubrimiento nos permite considerar la comunicación y comprensión empática como la base de toda interacción facilitadora del aprendizaje y del desarrollo psíquico-cerebral del ser humano.

Con estos conocimientos que basan el aprendizaje humano en la comprensión empática y en la experiencia emocional vivida en la interacción con el otro y con los demás, visión muy alejada de la transmisión de un saber acumulativo, alejado de la transmisión emocional interactiva de la experiencia, así como de la actitud y motivación de quien enseña y de quien aprende; ¿Podemos esperar que lo que aprendemos nos sirva no solamente para no fracasar académicamente y profesionalmente, sino también, para nuestra vida y para nuestro desarrollo como personas?

Para mostrar que un cambio en la dirección indicada es posible, podemos ver el muy premiado documental emitido por la TV de Canal 33, titulado,“Pensando en los demás” que fruto de un seguimiento periodístico de un año, muestra la vida en el aula de una escuela pública de una ciudad de Japón de 8000 habitantes y los métodos de enseñanza del maestro, Toshiro Kanamori, así como el proceso de aprendizaje de sus alumnos de 10 años. “Lo que nos transmite es una especie de cántico a la vida y a la manera de aprender a vivir” nos dice el periodista que presenta el documental.

He aquí el enlace para acceder al citado documental en You Tube:

http://www.youtube.com/watch?v=f9WzX5Svi3k&feature=related

 

PRESENTACIÓN DE LA JORNADA

En esta jornada trataremos de crear un espacio de reflexión y de debate que sirva de experiencia compartida entre los que participen en la misma, con el objetivo de ver en qué medida podemos mejorar nuestra forma de aprender.

El Dr. Pedreira compartirá con nosotros su conocimiento y experiencia, -como docente en varias Universidades,  y también, como pediatra, psiquiatra y psicoterapeuta de niños y adolescentes- y nos mostrará la estrecha interacción existente entre lo psicosocial y lo neurobiológico en el proceso de aprendizaje humano. Veremos también con más profundidad y detalle que lo expuesto en la introducción al tema de la jornada, cómo la experiencia y la huella que ésta deja en nuestra memoria, condicionan nuestro funcionamiento mental y nuestra existencia

Mari Carmen Diez, nos ayudará a compartir con ella las vivencias de una psicopedagoga y maestra de educación infantil, así como su experiencia plasmada en numerosas publicaciones. De su último libro publicado, “Los pendientes de una maestra”, Heike Freire, en una reseña del citado libro nos dice de él y de su autora, “sus textos, escritos con dulzura y poesía, rebosantes de un profundo respeto y admiración hacia la infancia, nos ayudan a comprender mejor, “el alma” infantil y el papel que, como adultos, podemos desempeñar en su florecimiento. Son relatos sencillos que describen situaciones corrientes en la vida del aula, que nos hablan de los miedos, las dudas, los juegos, las alegrías y las penas de sus alumnos; que presentan una escuela abierta al mundo, hacia adentro y hacia afuera, sensible a los afectos de las personas que la integran, atenta al entorno que la rodea y la atraviesa, siempre dispuesta a ir hacia lo desconocido, lo raro, lo diferente…; y a una docente entendida como jardinera de emociones y deseos, cultivadora de ilusiones, curiosidades e intereses, partera de personas empáticas, con todos sus “pisos” (el de los saberes de arriba y el de las pasiones de abajo, como acostumbra a decir la autora), luminosos y bien amueblados”

Añade en lo que concierne al maestro, «Para sensibilizar a la sociedad sobre el valor y la importancia de la profesión docente y para recuperar el prestigio social del profesor, tal vez no sea necesario volver a subirlo a una tarima ni promulgar leyes que decreten artificialmente su incontestable “potestad”. Porque la tan citada “crisis educativa” quizás tenga que ver con un cambio en la fuente de legitimidad, con repercusiones en la forma de situarse y de ejercer su función, más acorde con los nuevos tiempos que con una pérdida real de autoridad personal”, (Heike Freire. Cuadernos de Pedagogía. Barcelona, marzo 2012, núm. 421, pág. 98).

Para conocer a Mari Carmen, visitar su Web: http://www.carmendiez.com/

Joan Domènech, autor del libro, “Elogio de la educación lenta” compartirá con nosotros su experiencia como docente y director de un colegio público, y en especial, su creativa forma de concebir y estructurar los tiempos y los ritmos de aprendizaje en el espacio del aula, intentando dar un enfoque más cercano a las necesidades de los alumnos y a los tiempos de sus aprendizajes. Joan nos plantea entre otras, la cuestión de si una educación escolar, donde impera, como en la sociedad de las prisas en que vivimos, el dios de la mitología griega llamado Cronos, personificación del tiempo, (tiempo y ritmo del reloj) es suficientemente respetuosa con el tiempo y ritmo de aprendizaje que necesitan los niños-alumnos para su adecuado desarrollo. Nos recuerda que los griegos tenían además del dios Cronos, otro dios del tiempo y de las estaciones, llamado Kairos, personificando el tiempo existencial, así como el tiempo y ritmo de la naturaleza. La propuesta que nos plantea Joan con su experiencia docente va en la línea de llegar a acuerdos posibles entre Cronos y Kairos, entre necesidad y libertad.

Paara conocer a Joan, visitar su Blog: http://joandf.blogspot.com.es/

 

OBJETIVO DE LA JORNADA

Durante esta jornada pretendemos aclarar cuáles son los fundamentos y las bases que necesita el ser humano para un adecuado aprendizaje que le permita no solamente el éxito académico-profesional, sino también, su desarrollo como persona.

 

 

 

 

 

COLECTIVOS  A LOS QUE ESTÁ DESTINADA

Se pueden beneficiar de esta jornada tanto los profesionales de la educación como los de salud mental y servicios sociales, así como los padres y cualquier persona interesada en este tema tan importante del aprendizaje, proceso necesario para nuestro desarrollo humano en sus diferentes ámbitos; social, académico, profesional, familiar, personal, etc..

 

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Cartel de las V Jornadas

Carta de Presentación

Díptico de las V Jornadas

Programa de las V Jornadas

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