Sociedad Española de Psiquiatría y Psicoterapia del Niño y del Adolescente

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La infancia frente a los hechos de la vida: Los sueños en los personajes infantiles de las novelas contemporáneas de Don Benito Pérez Galdós

PDF: ingelmo-infancia-frente-hechos-vida.pdf | Revista: 43-44 | Año: 2007

Ingelmo, Joaquín
Psiquiatra. Psicoterapeuta. Profesor Titular de Psiquiatría de la Universidad de Extremadura. Ex decano de la Facultad de Medicina. Jefe de Sección. Unidad de Hospitalización Breve de Psiquiatría en el Hospital Infanta Cristina de Badajoz. Servicio Extremeño de Salud.

Ponencia presentada en el XX Congreso Nacional de Sepypna que bajo el título “Entre el pensamiento y la acción: abordaje terapéutico de los trastornos de conducta en el niño y en el adolescente” se desarrolló en Badajoz del 25 al 27 de octubre de 2007. Reconocido de interés científico-sanitario por la Consejería de Sanidad de la Junta de Extremadura.

INTRODUCCIÓN: LAS RELACIONES ENTRE PSICOANÁLISIS Y LITERATURA

Una de las maneras posibles de encarar el estudio de las relaciones entre el psicoanálisis y la literatura, es considerar que ésta, la literatura, ha sido siempre cómplice del psicoanálisis en el estudio y compresión del ser humano. Desde esta perspectiva, podríamos decir, siguiendo al propio Freud (1907) y a otros autores posteriores (por ejemplo, Steiner, 1995; Yalom, 1998; etc.), que las grandes obras de la literatura describen de forma clara numerosos hechos que, posteriormente, Freud y sus discípulos conceptualizaron. En otros términos, la literatura retrata de forma poderosa numerosas situaciones psicológicas, que luego Freud y sus discípulos conceptualizaron teóricamente. En este sentido, Freud (1907) señala el enorme interés que despertaron en él los “sueños que jamás fueron soñados, sino creados por poetas y atribuidos a unos personajes de invención dentro de la trama de un relato”. Así mismo, la literatura, y teniendo en cuenta ahora la perspectiva del receptor (espectador, lector) (1), también ha sido cómplice del psicoanálisis a la hora de fomentar la capacidad del ser humano de dar sentido a la experiencia que le ha tocado vivir y, por tanto, aumentar, a través de la simbolización, el conocimiento de uno mismo y del mundo circundante, como ya mostró Aristóteles en su Poética refiriéndose a la tragedia griega (2) y que, posteriormente, otros autores han generalizado al resto de la literatura, ya sea ésta dramática o de otro tipo (Doménech, 1966; Simon, 1977; Skura, 1981; Feal, 1989; Paraíso, 1994; Steiner, 1995; Estébanez Calderón, 1996; García Gual, 1997 y 2006; Yalom, 1998; Sorela, 2006; etc.).

Freud, desde los inicios de su obra, se dio cuenta de que el objeto de estudio del psicoanálisis no era el cerebro, sino que el objeto de estudio de esta disciplina era el ser humano. En esos momentos, la literatura (3) se convirtió, a los ojos de Freud, en la senda privilegiada para acceder a los seres humanos, porque nadie como los grandes autores de todos los tiempos para ofrecer ventanas a través de las cuales poder conocer los deseos, las fantasías, los sueños y las desviaciones de los seres humanos (Sorela, 2006). Realmente, y como han puesto de manifiesto numerosos estudiosos del psicoanálisis (Jones, 1953, 1955 y 1957; Gay, 1988; Bloom, 1995; Wollheim, 1996; Casals, 2003, entre otros), la obra de Freud y de sus discípulos sería ininteligible sin la existencia previa de una serie de autores que exploraron ciertas zonas complejas de la subjetividad humana y describieron las motivaciones y las defensas de los seres humanos, antes de que Freud iniciara su obra. Entre estos autores, cabría citar, por ejemplo, a Sófocles, Shakespeare, Cervantes, Goethe, Schiller, Sthendal, Flaubert, Balzac, Zola, Dostoievski, Tolstoi, Ibsen, Allan Poe, Shelley, Schnitzler, Wedekind, etc. (4).

Aunque Freud no lo leyera y ninguno de los estudiosos de la obra freudiana haga referencia a él (Jones, 1953, 1955 y 1957; Robert, 1964; Gay, 1988; Bloom, 1995 y 2005, entre otros), Galdós (1840-1920), junto a Leopoldo Alas Clarín (18521901) y al portugués Eça de Queirós (1845-1900), fueron los cómplices del psicoanálisis en la península ibérica, porque estos autores se ocuparon en sus novelas, por una parte, de estudiar y comprender a los seres humanos que eran y siguen siendo sus personajes y, por otra, de fomentar en los personajes y en el lector la capacidad de dar sentido a la experiencia; todo ello, sin olvidar el trasfondo socio-histórico en el que se desenvuelven los personajes y que, como buenos escritores realistas, consideran que condiciona, en cierto modo, el comportamiento de los mismos (Caudet, 1992 y 2002).

Como Clarín, Eça de Queirós y otros grandes novelistas del siglo XIX (por ejemplo, Balzac, Dickens y Dostoievski, por citar sólo a aquellos que, junto con Cervantes, tuvieron mayor influencia sobre Galdós), Pérez Galdós fue auténtico precursor de la psicología profunda, de la psicología del inconsciente, que después –a partir de 1895, año en que se publica Estudios sobre la histeria–, desarrollará Freud y sus discípulos. Incluso, algunos críticos (por ejemplo, Ullman y Allison, 1974; Sinnigen, 1996; Ilie, 1998), califican a Galdós de freudiano; obviamente, se trataría de un freudiano avant la lettre, ya que durante los años en que Galdós escribe sus novelas contemporáneas Freud no ha publicado aún ningún escrito psicoanalítico (5). Lo que sí parece evidente es que Galdós mostró siempre un gran interés por los sueños, apareciendo sueños en la casi totalidad de sus novelas y no sólo en las novelas contemporáneas. Y es, precisamente, en este sentido en el que se puede decir que se anticipó a la psicología freudiana (Crispin, 1982; Sinnigen, 1996).

Teniendo en cuenta los libros que figuraban en la biblioteca de Galdós, podemos saber qué tipo de psicología estudió nuestro autor: el famoso tomito de Monlau (Gullón, 2000). Realmente, muchos de los conceptos que aparecen en este texto, como “la loca de la casa” (la imaginación), aparecen luego en las novelas de Galdós. Pero las novelas contemporáneas superan con creces las teorías expresadas en este libro de Monlau, y retratan de forma clara y poderosa numerosas situaciones psicológicas que, luego, Freud y sus discípulos conceptualizaron teóricamente. En estas novelas contemporáneas, y diciéndolo de una forma muy esquemática, Galdós introduce la dimensión más irracional del ser humano para dar cuenta más cabal de éste, como ha señalado la crítica en los últimos tiempos (Oliveros, 1987; Sinnigen, 1996; Gullón, 2000, entre otros).

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