Sociedad Española de Psiquiatría y Psicoterapia del Niño y del Adolescente

Teléfono: 640 831 951sepypna@sepypna.com
Domicilio social: C/ Sta. Isabel, 51 - 28012 Madrid
Aula formación: C/ Montesa, 35 - 28006 Madrid

Teoría del apego y psicoanálisis. Hacia una convergencia clínica

PDF: fernandez-teoria-apego-psicoanalisis.pdf | Revista: 33-34 | Año: 2002

Mientras la paciente pensaba en necesidades de conservación –reparar goteras en la casa– yo estaba entrando en la seducción de una escena sexual desplegada en mi mente.

Concretamente recordé una novela –y una película posterior– “Histoire d’O”, que es una especie de catálogo de sadomasoquismo con una supuesta base filosófica que describe una paradoja: la mayor libertad es la mayor sumisión, es el deseo el que nos esclaviza…

La conversación telefónica sigue: “¿Estás en el medio de la cama? Levanta las piernas. Ahora abre las piernas. ¿Ya estás? ¿Ves el baúl chino enfrente? Pues abre el cajón derecho y…”

Cuando la hija inicia una frase de ¿protesta? ¿incredulidad? La madre se da cuenta de que la hija ha ido haciendo obedientemente todo lo que ella le iba pidiendo.

“Pero… ¿tú estás tonta? ¿no te das cuenta de que te estaba tomando el pelo? ¡Ya estás contándoselo mañana mismo a tu terapeuta…!

No sé si he sabido transmitir con eficacia lo que yo creo haber visto.

Para empezar, no creo en modo alguno que la madre sea una perversa ni que haya en esta secuencia ninguna… maldad.

Sí creo, en cambio y por los datos que no les he contado, que mi paciente –y también su madre– han tenido y tienen dificultades para sentir –en un caso– y para proveer –en el otro– una “base segura” (Ainsworth).

La idea del apuntalamiento aquí no es pertinente. Si, en cambio, la idea de cooperación, de joint venture entre necesidades instintivas o movimientos pulsionales, cooperación según la cual, en un momento dado, la “sexualidad enigmática” del inconsciente materno (Laplanche) es transportada por las conductas de apego y, en otro momento, la sexualidad –tomada en sentido amplio– da soporte a la necesidad humana de sentirse en compañía.

1 Atwod y Tomkins (1976): “Sobre la subjetividad de la teoría de la personalidad”. La premisa básica de ese artículo es que cada teoría psicológica hunde sus raíces en la vida psicológica del autor de la teoría.
2 Los Robertson eran asistentes sociales dedicados al trabajo con la infancia desasistida. James Robertson es el autor de una serie de películas destinadas a ilustrar los efectos sobre los niños pequeños de la separación de su madre. Probablemente las más conocidas son las que pertenecen a la serie “Una niña de 2 años va al hospital”, de 1948, en las que se muestran los estados afectivos manifiestos en la conducta de una niña que es internada en el hospital durante una semana para una pequeña intervención, en un caso sin su madre y en el otro, con ella.
3 Su trabajo con Dorothy Burlingham en las guarderías Hampstead.
4 Las diferentes teorías psicoanalíticas sobre la separación y la pérdida de objeto están muy bien resumidas en un artículo de Juan Manzano “La séparation et la perte d’objet chez l’enfant: Une introduction”. 48.º Congrès des psychanalystes de langue française des pays romans, Genève, 1988.
5 En una sucinta “Nota sobre el contexto histórico de la teoría del apego” que Bowlby aporta al famoso Coloquio imaginario animado por Zazzo en los primeros 70, refleja las influencias cruzadas entre las distintas ciencias en ese momento: Bowlby fue fuertemente influenciado primero por el trabajo de Lorenz, lo que le condujo a Huxley y éste a Hinde cuyo estudio de la relación madre-bebé en los monos rhesus fue a su vez influenciado por los trabajos de Bowlby en la Tavistock. Paralelamente, los trabajos de Harlow fueron determinados por los de Spitz. La publicación de “La naturaleza del amor”, de Harlow, y del primer artículo de Bowlby, “La naturaleza del vínculo del niño con su madre”, se produce en el mismo año.
6 Internal working models, traducido al francés como Modèles internes operants, en español ha sido traducido como Modelo interno de trabajo, también como Modelo operativo y como Modelo representativo.
7 Una autocrítica que Bowlby se dirigió siempre, atribuyéndose en parte la responsabilidad de no haber sido bien comprendido, fue la de no diferenciar con suficiente claridad el apego de las conductas de apego y así contribuir al error de tomar el apego como una teoría conductista.
8 Ainsworth pensaba que la figura de apego proveía al niño de una base segura para el desarrollo de su conducta exploratoria y de separación. Aunque el concepto de base segura ha quedado unido a la figura de la investigadora, en realidad ella lo tomó de William Blatz, director del Institute of Child Study de Toronto, y de su teoría de la seguridad, en donde era usado el concepto en muy diferente sentido. (Rudtnytsky, 1997).
9 Las cursivas son mías. La cita está tomada de Main, M. (2000).
10 Hay que hacer una puntualización importante en relación con el concepto sistemas de conducta: “La conducta instintiva no se hereda: lo que se hereda es cierto potencial para desarrollar determinados tipos de sistemas –los que aquí llamamos sistemas de conducta– cuya naturaleza y forma difieren en cierto modo, según el ambiente concreto en que tenga lugar el desarrollo”. J. Bowlby, El apego. Pág. 81. 1998.
11 Obsérvese que ya no se trata más de la respuesta ante la separación, sino de la interacción madre (o cuidador)-bebé.
12 Creo que es innecesario aclarar que donde se habla de madre, se ha de hablar de cuidador primario y que, si bien el primer vínculo se establece con una única figura de apego, muy rápidamente aparecen conductas de apego referidas a otras figuras.
13 En una extensión de la clasificación de Ainsworth, Main denomina a las tres categorías de apego (seguro, inseguro evitativo e inseguro ambivalenteresistente) categorías de apego organizado para distinguirlas de una cuarta categoría encontrada en estudios posteriores de apego desorganizado (apego desorganizado-desorientado) y también “porque tanto la conducta como la atención (ya sea flexible o inflexible es consistente y además es comprensible como una estrategia de adaptación a las condiciones en que se encuentra el infante (por ejemplo, la situación de cuidados) Main, 2001.
14 Esta conducta puede ser interpretada equivocadamente como positiva. En estudios de monitorización en la Strange situation se ha comprobado que estos niños presentan patrones físicos de ansiedad (ritmo cardíaco, etc.) y el hecho de que no la manifiesten no quiere decir que no la padezcan.
15 Aunque pecando de reduccionista, creo que el psicoanálisis kleiniano se ha mantenido en el aislamiento insular, el francés bastante tenía con mantenerse a distancia de Lacan –a quien, por otra parte, le aproxima su vocación hermenéutica- y la psicología del Yo tenía sus propios problemas domésticos, los que le daba la heterodoxia de Kohut.
16 Basado en una elaboración colectiva: La de un seminario de doctorado sobre La noción de apego y los orígenes de la afectividad.
17 Para una discusión de los términos “innato” y “adquirido” ver Bowlby “En el pasado, las frecuentes polémicas sobre la posibilidad de que determinadas conductas de este tipo –se refiere a las llamadas conductas instintivasfueran innatas o adquiridas (por medio del aprendizaje o por otros medios) han conducido a discusiones fastidiosas, sin fruto alguno. Actualmente, nos hemos dado cuenta de que la antítesis entre “lo innato” y “lo adquirido” es artificial. Toda característica biológica, sea de índole morfológica, fisiológica o relativa a la conducta, es un producto de la interacción de lo genético heredado con lo ambiental. Por lo tanto, tenemos que dejar de lado el empleo de términos tales como innato y adquirido y desarrollar una terminología nueva”. Bowlby, el apego, pag. 72.

Páginas: 1 2 3 4 5 6

Subir