Sociedad Española de Psiquiatría y Psicoterapia del Niño y del Adolescente

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Cómo los compañeros interactúan con un niño autista en una clase normal

PDF: bet-interaccion-nino-autista.pdf | Revista: 23-24 | Año: 1997

Marco – Davide

Muy lejos en Rusia había un gran circo, el Circo de Moscú, todos consideraban que era el más importante. En este circo había solamente un principiante, Davidoschky Bortolovich. El no podía actuar en público porque el Circo de Moscú ya tenía una estrella: un tal Lisivich Bollettinschky, que era muy bueno en el trapezio y en otros equipos de acrobacia.

Davidoschky era muy talentoso, pero nadie se había dado cuenta de ello. Mientras tanto, Davidoschky simplemente trabajaba como presentador, aunque quería ser acróbata a cualquier precio. Cuando estaba solo, él subía a lo más alto y pretendía ser la estrella del circo. Imaginaba que él era la atracción de la función y que todos lo aplaudían. Pero solamente era un sueño. Mientras soñaba realizaba todos los actos, porque en su mente él estaba en el show y no podía equivocarse. Sino, dejaría de ser una estrella. Mientras él soñaba lo vio Lisivich y sintió miedo, como si Davidoschky le hubiera quitado el lugar, dado que era muy talentoso. Lisivich se sintió desilusionado y un día mientras pensaba en Davidoschky se cayó del trapezio y se fracturó su mano derecha. Es así como Davidoschky tuvo la oportunidad de convertirse en estrella. Realizó muchas funciones, y su sueño y todo lo que él había imaginado se convirtió en realidad ese día.

Marco – Darío

Estamos en el sistema solar, cerca de Saturno, más precisamente en Júpiter, el planeta más grande, aunque no el más hermoso. En ese planeta vivía un niño llamado Darío, también se lo llamaba 000000086. Tal vez sea mejor llamarlo Darío, ya que es más fácil.

A Darío no le gustaba Júpiter. No le gustaban las guerras galácticas y quería irse. Darío quería ir a Saturno. A él le atraían los dos hermosos anillos de ese planeta, desde donde podía apreciar el panorama espacial. Su huida comenzó cuando empezó una guerra galáctica en Júpiter. Una bomba radioactiva golpeó a Darío y perdió la voz, pero no dejó di lado la idea de ir a Saturno. El luchó y luchó y luchó hasta que al final logró ir. En un principio se instaló bien, pero luego se sintió abatido porque no podía hablar. Entonces se fue a uno de los maravillosos anillos y observó el panorama celestial excepcionalmente hermoso; y lo que vio fue un pequeño gran planeta. Desde adentro escuchó una voz que le decía que ese era el lugar para él. Entonces voló y voló hasta llegar a la Tierra, y descendió y descendió hasta la pequeña gran Tierra, donde 16 niños le dieron la bienvenida. Estos niños cuidaron de él y lo atendieron y esos mismos niños ahora están escribiendo una historia titulada, “Inventen una historia cuyo protagonista es mi compañero Darío, también llamado 000000086”.

Comparación de las Narraciones (Marco)

El desarrollo de la historia es diferente en ambos textos, aunque la presencia del autor es muy coherente. En ambas historias el héroe es positivo, el tópico es la realización y el eje es la voluntad.

Marco presta atención al contenido emocional con respecto a la percepción del yo (ser talentoso en el texto A, encontrar el lugar ideal en el texto B), aunque no descuida las observaciones denotativas de sus compañeros, como ser la proeza de Davide y la mudez de Darío.

Existe una gran importancia ligada a los pensamientos internos de los protagonistas quienes tienen este papel por virtud de su perseverancia y fuerza de voluntad. El uso cuidadoso de metáforas muestra el empeño de Marco por comprender la condición de Darío. No obstante, al mismo tiempo, él expresa todas las dificultades involucradas para relacionarse con él: 000000086 es un niño de un lugar muy lejano, que busca algo que no está claramente definido.

Resultado de los análisis de todas las historias

El significado emocional de la imagen en las narraciones A y B
Cada niño tiene su propio estilo de narración, por lo tanto la composición y el ritmo de ambas historias escritas por el mismo niño se asemejan más que cualquiera de las otras dos historias en la misma serie. Existe un cambio de ritmo en varias de las narraciones B en comparación a los textos paralelos. La mayoría de las narraciones A se basan en la alineación de la comunicación y reintegración. En las narraciones B se abre otra idea al final de éstas, y prácticamente se forman dos historias en una. Este recurso le otorga al protagonista más fuerza (Fava Vizziello, Bet & Sandonà, 1990).

Consecuentemente, la relación profunda entre el ritmo de la narración y la conexión lógica del contenido frecuentemente se rompe en los textos B, tanto así que emergen soluciones ambiguas sin que el autor se de cuenta de ello. Mientras que desean demostrar que su historia tiene un final feliz, se olvidan que en la realidad el protagonista ha podido evadir la represión del espacio imaginario positivo que se le ha otorgado, para mantener las características de la verdadera persona, con todas sus fallas y problemas. Esta contradicción por parte del joven escritor, que es casi un error de pluma, es la base para asumir que los niños son ambivalentes hacia Luca y Darío. No obstante, la interpretación psicológica del significado de este error de pluma varía de caso en caso: de una hostilidad oculta a sentimientos de empatía.

Entonces, si consideramos estas narraciones en términos de la calidad negativa del final en vez de una incoherencia lógica, podemos agregar otras narraciones cuyas historias no son ni incoherentes ni ilógicas: al final el protagonista simplemente permanece perpetuamente y desesperanzadamente enajenado. La presencia de estos signos, que indican una falta de congruencia, aparentemente se deben en primer lugar a que la segunda historia implica una involucración emocional distinta.

Además de plantear el problema de la presencia de su compañero autista, los niños trataron de asimilar su comportamiento con el propio. Tanto Darío como Luca aparecen como “Islas de significado”. Los esfuerzos por comprenderlos dentro de un patrón sucesivo demuestra que para considerarlos semejantes, los niños deben completar mentalmente la imagen rota que reciben y integrarla con las respuestas que ellos mismos proveen y que son parte de su propio comportamiento. Además, la variedad de los contenidos elegidos para expresar sus emociones está relacionada con las imágenes opuestas que Darío y Luca resumen: niños poderosos, difíciles de abordar, pero también compañeros cómicos y melancólicos que hay que conocer mejor. Las connotaciones de los protagonistas de las narraciones A y B han sido analizadas y sintetizadas.

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