Sociedad Española de Psiquiatría y Psicoterapia del Niño y del Adolescente

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La institución, el equipo de trabajo y la psicoterapia de grupos

PDF: hebe-institucion-equipo-trabajo.pdf | Revista: 39-40 | Año: 2005

LOS GRUPOS PARALELOS DE PADRES Y DE HIJOS

El análisis realizado hasta este momento del material clínico recolectado en los grupos paralelos de padres y de hijos nos ha permitido arribar a las conclusiones que a continuación exponemos sintéticamente.

En primer lugar podemos decir que este abordaje resulta beneficioso porque posibilita trabajar más a fondo las fantasías inconscientes instaladas en la dinámica relacional intersubjetiva, estructurantes del psiquismo. Ambos grupos funcionan como soportes mutuos, dado que cada miembro de la relación (padre-hijo) establece una situación de complementariedad y ello permite trascender la estructura individual y/o familiar cerrada en sí misma al brindar un modelo exogámico. En la práctica, esto implica que es condición necesaria para el tratamiento grupal de un niño, que sus padres asistan al grupo de padres, lo cual permite situarse en el centro mismo del desarrollo psíquico y abarcar la asistencia en términos de:

  • Analizar, comprender, contener las vivencias y funcionamiento psíquicos que surgen frente a la parentalidad, para abrir un espacio en que puedan elaborarse los conflictos que surgen en la relación con los hijos como producto de las carencias vividas en su infancia, en busca de promover una transmisión generacional menos traumática y
  • Simultáneamente atender la conflictiva que presenta el niño, desentrañando la historia de cómo se fueron estructurando los síntomas por los que se consulta, en la relación intersubjetiva con sus padres y figuras significativas.

Dado que en nuestra comunidad el abordaje terapéutico de grupos paralelos es innovador y que el desarrollo de la transferencia durante el proceso diagnóstico determina las posibilidades de sostener el posterior encuadre de trabajo grupal, se hace menester plantear una modalidad de trabajo específica para implementar con los padres. La tarea del terapeuta se basa en la recolección histórica de la vida vincular, lo cual posibilita reorganizar los modelos representacionales conscientes e inconscientes. Este proceso involucra una revisión cognitiva y afectiva de la visión de si mismo y de los demás, que permite pensar los caminos que ha recorrido la repetición, focalizando en el modelo relacional que se establece con el hijo por el que se consulta.

Los estudios del material clínico recogido, nos permiten afirmar que esta modalidad diagnóstica posibilita un desarrollo transferencial de confianza en el equipo de trabajo, por lo que el pasaje de lo individual a lo grupal y con ello la conformación misma del grupo de padres, se agiliza.

En otras palabras, se busca establecer una alianza terapéutica que le permita interpretar los procesos transferenciales, utilizando la reconstrucción histórica como parte del método analítico. Con esta modalidad de trabajo buscamos aprovechar los aspectos psicoterapéuticos del proceso diagnóstico para configurar una instancia en la que pueda iniciarse el camino a la comprensión y elaboración de la conflictiva por la que se consulta. Así, en este diseño terapéutico proponemos desde el proceso diagnóstico diferentes instancias que pudieran promover el camino a la mejoría.

Además permite: a) verificar la pertinencia de implementar el tratamiento grupal como único recurso terapéutico, o en su defecto, la necesidad de combinarlo con psicoterapia individual, según la patología que se presente; b) profundizar el diagnóstico, focalizado en la exploración y evaluación cualitativa de la relación de estos padres con sus propios padres; c) diagnosticar la capacidad de contacto emocional con el hijo y su relación con los síntomas que presenta el niño; y por último, d) crear un espacio mental que sirva de caldeamiento para la tarea grupal.

Orientados por este marco teórico, hemos planteado tres objetivos fundamentales a cumplir a partir del proceso diagnóstico mismo:

  1. Proveer una base segura para que el paciente pueda explorar sus experiencias pasadas y presentes, tanto como sus ideas y sentimientos, brindando seguridad, autonomía, responsabilidad e independencia en sus propias decisiones.
  2. Ayudar a explorar sus circunstancias presentes.
  3. Ayudar a relacionar el pasado con el presente y de esta manera a identificar los modelos construidos y transmitidos.

Además, hemos podido observar en la aplicación de este diseño, que la relación transferencial-contratransferencial establecida en el proceso diagnóstico individual impregna la dinámica del funcionamiento grupal posterior. Por tal motivo hemos desarrollado una modalidad psicoterapéutica específica para trabajar el momento de pasaje de lo individual a lo grupal, teniendo en cuenta que el impacto que produce el ingreso a un grupo tiene tanta fuerza que reestructura la dinámica y el interjuego transferencial desarrollado por cada uno, para dar lugar a la transferencia grupal. A su vez, y de un modo significativo, la transferencia que desarrollan los padres influye en la de sus hijos y viceversa, llegando a determinar la deserción o la permanencia de unos y de otros en el tratamiento psicoterapéutico.

Los grupos de púberes estudiados estuvieron integrados por un terapeuta, un co-terapeuta, y cuatro niños (dos varones y dos niñas) entre 10 y 11 años 11 meses, que habían consultado por dificultades de aprendizaje y de adaptación escolar. Todos ellos habían recibido previamente por parte de otros profesionales el diagnóstico de déficit atencional, (algunos con hiperactividad y otros sin ella) y se les había recomendado medicación, pero en el momento de solicitar atención en el CIS, los padres ya habían abandonado el tratamiento medicamentoso. Dos de los niños en cuestión presentaban una marcada impulsividad y los otros dos evidenciaban acentuadas inhibiciones.

En el tratamiento grupal con púberes, en sus primeros momentos, el énfasis recae en trabajar los emergentes que surgen en el pasaje desde lo individual. En busca de favorecer el proceso de elaboración de la despedida de una relación dual y encontrar un lugar en la dinámica grupal, implementamos a modo de técnicas auxiliares, el Test del Dibujo Libre y el Test de Apercepción Temática para niños (CAT-A), modificado en su modalidad de administración y evaluación, tal como lo hemos desarrollado en publicaciones anteriores.

Hemos podido comprobar que la instrumentación de técnicas proyectivas (CAT-A abreviado y el Dibujo Libre) en los momentos iniciales de los grupos de niños permite crear un espacio en el que emergen y se comparten fantasías conscientes e inconscientes que posibilitan: a) analizar la producción grupal en su globalidad; b) comprender la conflictiva movilizada en cada integrante, según sus modalidades personales y c) consolidar el encuadre terapéutico. Además, en la instancia grupal las historias se tornan más cortas, crudas y con mayores distorsiones perceptivas. Los dibujos y los relatos están impregnados de preocupaciones que tenían directa relación con el motivo de consulta, y en este intercambio los compañeros aportan sugerencias acerca de cómo enfrentar la conflictiva movilizada, enriqueciéndose y facilitando el comienzo del trabajo terapéutico.

En este compartir es importante que el terapeuta no permanezca aparte, que pueda leer e interpretar los movimientos que se van gestando, con lo que se va creando un encuadre de trabajo. En un primer momento, lo hace apoyado en actividades específicas solicitadas al grupo, para continuar luego con sesiones en la que los integrantes se comunican libremente a través de juegos, dibujos y conversaciones, según su elección.

En el transcurrir del grupo psicoterapéutico de niños las observaciones realizadas por los terapeutas se expresan verbalmente y/o a través de juegos, de acuerdo con lo señalado por Privat y Privat (1987); Torras de Bèa, (1996); Corominas y Cols. (1996), entre otros, quienes afirman que en tratamientos psicoterapéuticos grupales con niños, los terapeutas comprenden los contenidos inconscientes, formulando la interpretación fundamentalmente a través del juego.

El devenir grupal es una experiencia que tiene una particular densidad de estímulos, rapidez en sus movimientos, cambios de escenas y fluctuación de estados afectivos; por este motivo, interpretar lo que sucede en el grupo es una tarea compleja en la que es necesario que el terapeuta ponga énfasis en captar y resonar lo que le impacta, dándose el tiempo necesario para que los contenidos grupales vayan cobrando significado dentro de su propia mente.

La tarea interpretativa se refiere siempre al “aquí y ahora”, teniendo en cuenta los movimientos transferenciales:

  • del grupo tomado como objeto;
  • del grupo en relación al terapeuta;
  • individuales en relación al grupo y/o terapeuta.

En este contexto, es importante que los terapeutas puedan:

  • Entablar una relación simétrica y de apoyo mutuo genuina entre ellos, que dé coherencia a las intervenciones verbales y no verbales de ambos.
  • Establecer una relación empática con los niños y revisar los sentimientos contratransferenciales que pudieran promover la repetición del vínculo que los niños tienen con el mundo externo.
  • Interpretar, porque ya se trate de una agrupación natural, o artificial, provoca regresión y predisposición a la transferencia, y la única forma de entenderla es a través del trabajo de interpretación.
  • Captar e interpretar la fantasía inconciente que sostiene a los diferentes momentos grupales dentro de una misma sesión y en el proceso global.

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